Ya en el primer post sobre el plástico mágico, os hablé de que había encontrado un plástico distinto al de APLI; el de Manos Maravillosas.
Después de hacer varias pruebas, el gran problema era la tinta. ¿Que tinta usar para estampar el sello sobre el plástico mágico?.

Versafine, no se fija bien.
Distress, después de varias horas, no seca, y acaba sin fijarse adecuadamente.
Aladine, tampoco seca.
En vistas de que no funcionaba ninguna tinta, lo que hacíamos era estampar el sello en un papel y después “calcarlo” poniéndolo debajo del plástico y repasándolo con un rotulador. Esto funcionaba, pero era muy laborioso y el resultado era, digamos… no muy bueno.
Ya no tenía más tintas. Solo me quedaba en el fondo de una caja, la StazOn. Y ¡ohhhh!, funcionó.
Estampamos por la zona rugosa del plástico (igual que en el plástico de APLI) y la pintamos por ese mismo lado, con lápices de colores o rotuladores.
¡¡¡¡ Superado el problema de tinta !!!!
La siguiente prueba. El horno.
 Horno a 175º, 3-4 minutos. Hasta que el plástico queda plano.
Son 7 veces más pequeñas y creo que el resultado es mucho más uniforme y mejor que el que obtenía antes.
Las pintamos con lápices de colores y la que veis en la parte inferior izquierda de la fotografía, Blanca la decoró con bolígrafos de gel con purpurina.
Una vez fuera del horno, les aplico por la parte rugosa (por donde las hemos pintado), un barniz fijador.
Hay otro plástico que no tiene “cara rugosa” y puedes pintar por las dos caras.
Con los rotuladores Copic, no me atrevo a pintar sobre superficies rugosas, por no estropearlos. Pero en cuanto tenga ese nuevo plástico, seguro que los empleo. Ya os contaré.