Mi vida  es todo Navidad.
 
Calle, tele, radio, regalos, comidas, clases, blog … Todo huele a Navidad, solo necesito, que los días amanezcan absolutamente “neblinosos”, como recuerdo que sucedía en mi tierra, cuando era niña, y ya todo será perfecto.
 
Pero como la niebla no aparece, me la invento.